lunes, 9 de noviembre de 2009

"...La elección de objeto queda restringida en el individuo sexualmente maduro al sexo contrario, y la mayor parte de las satisfacciones extragenitales son prohibidas como perversiones. La imposición de una vida sexual idéntica para todos, implícita en estas prohibiciones, pasa por alto las discrepancias que presenta la constitución sexual innata o adquirida de los hombres, privando a muchos de ellos de todo goce sexual y convirtiéndose así en fuente de una grave injusticia. El efecto de estas medidas restrictivas podría consistir en que los individuos normales, es decir, constitucionalmente apto para ello, volcasen todo su interés sexual, sin merma alguna, en los canales que se le han dejado abiertos. Pero aun el amor genital heterosexual, único que ha escapado a la proscripción, todavía es menoscabido por las restricciones de la legitimidad y de la monogamia. La cultura actual nos da claramente a entender que sólo esta dispuesta a tolerar las relaciones sexuales basadas en la unión única en indisoluble entre un hombre y una mujer, sin admitir la sexualidad como fuente de placer en sí, aceptándola tan solo como un instrumento de reproducción humana que hasta ahora no ha podido ser sustituido."

De "El Malestar en la Cultura", del amigo Freud. Texto por momentos excesivamente duro, a veces excesivamente delirante.

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